Cómo vivir de lo que haces sin perder tu esencia.

Vivir de lo que haces es posible, pero no basta con ser buena en tu oficio. En el negocio creativo, tu talento es solo una parte del sistema. La otra —igual de importante— es aprender a pensar como profesional, no solo como creadora.

He conocido muchas diseñadoras que aman lo que hacen pero viven en una rueda de hamster: trabajo constante, precios bajos, sensación de agotamiento y cero estrategia. Lo viví también. Hasta que entendí que si quería vivir bien de lo que hacía, tenía que cambiar el enfoque.

No se trata de venderse. Se trata de dar estructura a tu valor, crear procesos claros, y comunicar desde la intención y no desde la urgencia.

Algunos aprendizajes clave:

  • Poner precio no es una cifra, es una decisión estratégica. Lo que cobras habla de tu posicionamiento y de lo que estás dispuesta a sostener.

  • Tu marca personal es tu filtro. No es postureo: es claridad para ti y para los demás.

  • El negocio no es enemigo de la creatividad. Cuando entiendes cómo funciona tu sistema, puedes dedicar más energía a lo que amas sin perder el control.

Mi consejo: deja de improvisar. Empieza a diseñar no solo tus proyectos, sino tu forma de trabajar. Mereces un negocio que esté a la altura de tu talento.


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